Crítica «Aniquilación»—subvertir una idea en clave Sci-Fi de terror

Una historia de ficción, nos dicen ciertas corrientes teóricas narrativas, siempre se subscribe a una de tres posibles macroestructuras: hombre contra hombre, hombre contra entorno, hombre contra sí mismo. Aniquilación (2018), escrita y dirigida por Alex Garland, a quien se elogió por su debut directoral con Ex Machina, pareciera incorporar los tres ethos: una protagonista que debe desconfiar hasta de su propio esposo, una expedición pseudo-tropical en la que aparecerán criaturas y acechanzas de este y otros mundos, y, quizás lo más interesante de la película, una reflexión sobria sobre la autodestrucción como condición sine qua non de la vida.

La película comienza mostrando un cuerpo sideral que entra en la biósfera e impacta un faro en una costa de lo que pareciera ser el sureste de Estados Unidos, pongamos Florida. Del impacto emana lo que conoceremos como el Resplandor, una gran bóveda amorfa que se expande de manera rápida como un campo magnético alienígena, como un tumor en la tierra. Lena (Natalie Portman), perturbada por la aparición enigmática y agónica de su marido Kane (Oscar Isaac), que ha regresado a casa después de una misión militar fallida en el Resplandor, decide unirse a una segunda excursión para completar lo que la primera no pudo: explorar el perímetro, recoger datos, ir hasta el núcleo de la anomalía y descubrir qué se ha instalado allí y, sobre todo, por qué nada ni nadie ha logrado salir vivo, excepto, como ya se dijo, su esposo.

annihilation2-1200x675El Resplandor, una membrana alienígena en expansión. Foto: space.ca (c)

A Lena, bióloga anteriormente enlistada en las fuerzas militares, la acompañan cuatro mujeres más: una geóloga, una física, una paramédica y una psicóloga (Tuva Novotny, Tessa Thompson, Gina Rodriguez, Jennifer Jason Leigh, respectivamente). Al traspasar la frontera, el equipo se encuentra con un paisaje tropical psicodélico y onírico, donde todo parece distorsionarse: la noción del tiempo, la estructura de los seres vivos, la materialidad de la naturaleza. A medida que la expedición avanza descubrimos que todo lo que ha sido contaminado por el Resplandor ha sido alterado en su estructura química: “el Resplandor es un prisma y todo lo refracta” en frecuencias mezcladas de código genético, haciendo que todo esté en constante estado de mutación. Found footage nos revela lo que le ha sucedido a la excursión anterior, especialmente lo que ocurrió con Kane, que es terrorífico y premonitorio para las excursionistas. Esa amenaza latente de lo desconocido recuerda tropos de terror como los consagrados en Alien (1979), la película que quizás haya reinventado el género de terror en su beta de ciencia ficción.

Pero Aniquilación difícilmente quiere ser un espécimen de género, la historia tiene otras ambiciones: Garland explora de manera subversiva la idea de naturaleza creadora —en el hombre prevalece un instinto de supervivencia— para contraponerla a la premisa de una naturaleza que es a su vez degenerativa. El trasfondo de la película construye así, a partir de una “naturaleza artificial”, un marco que circunscribe la trama en una metanarrativa sobre todo aquello que nos autodestruye: un tumor maligno, una enfermedad, la vejez, pero también las decisiones que nos hacen daño, las acciones con las que nos autoinfligimos dolor. Aquí encontramos los interrogantes y las obsesiones principales de la película: ¿De qué manera incorporamos la autodestrucción en nuestra narrativa como especie? ¿Qué tal que no sea un extraterrestre lo que nos quiera destruir; qué tal si somos autodestructivos por naturaleza? ¿Estar vivo no es acaso estar muriendo poco a poco?

annihilation-movie-image-5.pngMitosis o de la estructura de todos los seres vivos. Foto: Dallas Prospect (c)

Durante su segunda hora, Aniquilación se convierte en algo enrevesado, difícil de asir en su concepto. Especialmente en su clímax, argumento, estética y banda sonora se saturan y se distorsionan en su máxima potencia. En ese último arco narrativo imposible, el andamiaje argumental se empieza a desplomar, la tesis principal sobre la que toda la película se ha contado, se desdibuja, y en su lugar se nos entrega un final ambiguo con el que no queda más remedio que especular. No obstante, Aniquilación es una de esas películas con las que nos queda también la sensación de haber visto no solo una historia, sino un planteamiento astuto sobre las ideas que gobiernan el sentido común. Un planteamiento que quizá se presente con más hondura en la novela homónima de Jeff VanderMeer, que inspiró la película, pero que en todo caso es refrescante y estimulante bien sea en la literatura como en Netflix.

 

Ficha técnica
Año: 2018

Duración: 1h 55min
Género: Ciencia ficción, Terror, Drama
Director: Alex Garland
Guión: Alex Garland, basado en la novela Annihilation de Jeff VanderMeer
País: Reino Unido, Estados Unidos

 

 

Crítica Todos lo saben—las destrezas narrativas de Asghar Farhadi

Mitad culebrón mitad thriller, Todos lo saben es una historia angustiante a la vez que atrapante sobre lo que le pasa a una familia cuando cae en desgracia, es decir, cuando se conoce a sí misma.

“Pueblo chico, infierno grande” podría resumir el más reciente film del director iraní Asghar Farhadi, que abrió Cannes este año de la mano de la tríada astral Penélope Cruz-Javier Bardem-Ricardo Darín. Todos tres entregan actuaciones destacadas, aunque sin lugar a dudas el mérito de la película se encuentra en el ímpetu de su guión y en la ejecución directoral de Farhadi, que esta vez le apuesta a un registro mainstream en ambos reparto y trama, sin sacrificar su carácter y potencia autorales.

La historia transcurre en un pueblo de España, al que Laura (Penélope Cruz) regresa para visitar a su familia y unirseles en el festejo de bodas de una de sus hermanas (Inma Cuesta). Casi una extranjera en su propio pueblo natal, Laura, que desde hace muchos años reside en Argentina, viene al pueblo con sus con dos hijos, pero sin su marido, Alejandro (Ricardo Darín), que por temas de “trabajo” no ha podido viajar. El reencuentro familiar —el banquete de bodas— se convierte rápidamente en pesadilla cuando, vaticinado por una tempestad, la hija mayor de Laura, Irene, desaparece y la familia entra en desgracia. Desgracia que Paco (Javier Bardem), amigo de la familia y novio de juventud de Laura, no (se) podrá permitir. Quizá por lealtad a la familia, quizá porque el episodio le ha removido sentimientos profundos de su pasado, ¿quizá por algo más fuerte?

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De celebración a catástrofe familiar. Todos lo saben (2018). Foto: Imdb

Farhadi relata con mucha fluidez el drama de la desaparición, pero es durante la segunda hora de la película donde demuestra su talante como autor cuando desplaza la tensión de la trama hacia otros ejes: una dimensión espesa de intrigas cruzadas en la que se enredan zozobras y sospechas de la familia acerca de quién pudo haber planeado algo tan calculado a la vez que macabro. En este segundo acto, en el que se nos van mostrando secretos a medias, heridas del pasado aún abiertas, dolores y amarguras a medio fraguar, deudas no saldadas y cuentas pendientes, yace un planteamiento sobre la familia (y una amenaza constante de implosión) que hace que la cinta, mitad culebrón mitad thriller, ofrezca una propuesta narrativa original y atrapante. El director quiebra una verdad en el relato y le da a cada personaje un trozo de la misma (sobre la tenencia de la tierra, sobre la paternidad, sobre la pertenencia), a la vez que nos hace partícipes de un rompecabezas contrarreloj: ¿Tiene Irene sus medicamentos? ¿De dónde conseguirán los 300.000 euros que exigen de rescate? ¿O es todo un montaje cruel motivado por la venganza?

Todos lo saben es incisiva en su representación de las complejas dinámicas familiares. Viniendo de un contexto ajeno al y sin dominar el español, Farhadi captura magistralmente el drama de esta familia española, y en su representación aparece casi que con la claridad de un cristal un carácter universal de la familia en relación a la tragedia. Hacia el final de la cinta, lo que se ha tramado con destreza narrativa se resuelve en una coda que diluye súbitamente el misterio, pero que no por ello perdona al pasado, dejando a todos los personajes de vuelta en la espiral de la intriga, o peor aún, en la fatalidad de lo que se descubre y ya no se puede remediar.

Ficha técnica

Año: 2018
Duración: 132 minutos
Género: thriller, drama
País: España, Francia, Italia
Guión y dirección: Asghar Farhadi
Reparto: Penélope Cruz, Javier Bardem, Ricardo Darín, Bárbara Lennie, Jaime Lorente